El Príncipe Dragón, la magia de los números, es la octava gamificación que he desarrollado en los últimos años. Este proyecto, como los anteriores tiene como objetivos fomentar el cálculo mental así como promover el compañerismo entre todo el alumnado de la clase. 
¿Por qué trabajar el cálculo mental a través de la gamificación?
Son muchos los autores (G. Zichermann, S. Deterding o K. M. Kapp, entre otros) que han destacado las ventajas de esta metodología aplicada al ámbito educativo. Algunos de estos beneficios son el aumento progresivo de la dificultad, la posibilidad de error evitando la frustración, la participación activa, el feed back inmediato, la motivación y la sociabilidad.
Pero además de estos beneficios, Francisco Mora, doctor en neurociencia, en su libro “Neuroeducación: Solo se puede aprender aquello que se ama” sostiene que solo se aprende si hay emoción. A través de la emoción conseguiremos en el alumno una “atención despierta, sostenida, consciente” fundamental para el aprendizaje. Además, añade que “nada despierta más la atención que aquello que se hace diferente y curioso”. Y, según él, el juego combina curiosidad y placer, es decir, en sus propias palabras “el juego es el arma más poderosa del aprendizaje”.
Esta metodología y por ende El Príncipe Dragón, la magia de los números, reúne narrativa, sorpresa, juego, cooperación, curiosidad y motivación. Y desde luego, despierta entusiasmo en mis alumnos, es decir, despierta emociones.

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