Gestión del enfado: el volcán
Este volcán es un regulador del enfado. En él plasmamos las fases por las que pasamos desde que empezamos a enfadarnos y no somos capaces de gestionarlo hasta que terminamos estallando al final.
Es fundamental que nuestros alumnos sepan localizar en el volcán en qué nivel de enfado se encuentran: cerca de la cúspide, zona baja, zona intermedia… También es importante que hallen la causa por la que se enfadaron, si ese motivo siempre va asociado a un nivel de enfado o, por el contrario, si el nivel va asociado a otros enfados previos que no han sido gestionados y que se han ido acumulando.
El simple hecho de pararse a pensar qué hecho les ha desencadenado ese desasosiego, que lo ubiquen y posteriormente sean capaces de exteriorizarlo expresando como se sienten hace que poco a poco bajen a la calma.
La idea es que se den cuenta que enfadarse no es malo, además es necesario para de vez en cuando reivindicarse y hacerse valer. Lo que sí tienen que darse cuenta es que hay que procurar apaciguarlo hasta alcanzar nuevamente nuestro nivel de calma porque sino puede volverse en ira, que no es ni mucho menos lo aconsejable.
El monstuo come enfados: gestión del enfado y la ira
Os presento a Jason, el monstruo come enfados. Un filtro para que mis alumnos descarguen la ansiedad que les produce un enfado mal gestionado. En Jason depositan un papel escrito en donde plasman con palabras su malestar. De esa forma aprenden a verbalizar cómo se sienten, lo expresan y dan forma al hecho que les ha llevado a sentirse así. Igualmente escriben cómo les hubiese gustado que se hubiera arreglado el conflicto.
Ese papel lo depositan en Jason, que se lo come de forma mágica.
Es increíble el efecto tranquilizador que causa en ellos esta herramienta tan sencilla. Es fascinante ver la importancia que le dan mis chatis a Jason. Verlos subir del patio enfadados, observar como cogen un papel y empiezan a redactar una carta en silencio y contemplar como cuando la depositan en el monstruo ya están calmados y tranquilos, eso es impresionante.
Jason es uno más de la clase y ocupa por tanto un lugar de honor en nuestra aula.
Léxico y estructuras gramaticales para expresar lo que nos molesta
Al mismo tiempo que trabajamos el volcán también trabajamos un vocabulario específico y unas estructuras gramaticales para expresar nuestro disgusto mediante las palabras. Muchas veces nuestros chicos se enojan y al no poseer recursos léxicos su malestar aumenta ya que no son capaces de expresar lo que sienten.He comprobado que haciendo este tipo de actividades los conflictos están disminuyendo y sus relaciones sociales están mejorando. Al final es de lo que se trata, de que empiecen a desarrollar y mejorar sus habilidades sociales.
Creamos una lista de cosas que hacer en lugar de pegar o gritar
En gran grupo elegimos varias: dibujar, rayar un papel, romper hojas que no sirven, escribir, saltar,